RESEÑA APARECIDA EN
EL PAÍS
HACIA UNA NUEVA HUMANIDAD
Coinciden
los especialistas en que el Evangelio de Marcos es el primero de los cuatro
evangelios que se escribió. En lo que no están de acuerdo es en su
fecha de composición. La mayoría considera que la mas fiable podía
ser entre los años 65 y 75 del siglo I después de Cristo. Los autores
de este comentario se alinean con quienes adelantan la fecha de
composición en 20 años, situándola en la década de los cuarenta.
Para ello se apoyan en investigaciones recientes, como la llevada a cabo
por O'Callaghan, que identifica un fragmento de papiro de los documentos
de Qumrán (conocido como 7Q5) con un texto de Marcos (Mc 6, 52-53).
El propio evangelio, según ellos, ofrece datos concluyentes en
favor de una datación tan temprana. Si se diera por válida esta fecha
de composición, Marcos se convertiría en el libro más madrugador del
Nuevo Testamento, ganando en antigüedad. a la primera carta de Pablo a
los cristianos de Tesalónica, redactada en tomo al año 49 después de
Cristo. Esta es una de las aportaciones más significativas del presente
comentario.
Marcos
utiliza un griego sencillo y popular y posee una gran fuerza expresiva.
Así puede conectar mejor con sus destinatarios, que son gente del
pueblo, y transmitirles de manera asequible un mensaje teológico muy
elaborado. Escribe en presente para dar actualidad a la enseñanza y la
actividad de Jesús. Pero eso no significa que pertenezca al género
histórico. Se trata de un evangelio,
es decir; de un texto que narra la Buena
noticia de la liberación de Jesús, que está enraizada en la
historia, si bien la supera. Elabora una cristología narrativa con el
recurso frecuente a sentidos figurados o simbólicos: “Figuras y símbolos
son representaciones literarias de datos históricos" (página 16).
Mateos
y Camacho dejan claro que Marcos no tiene intención de escribir una
biografía de Jesús ni ofrecer un retrato de su personalidad. Sólo
describe lo que considera excepcional y ejemplar en él, presentándolo
como modelo de conducta. Jesús aparece como Mesías, pero no dentro de
la tradición del mesías davídico que restauraría Israel y lo colocaría
en situación de dominio sobre los otros pueblos, sino como mesías
sufriente, ejecutado por los dirigentes, según el texto clave del
evangelio, Mc 8, 27-33. A partir de ahí hace una severa crítica del
poder y propone el servicio como actitud alterativa en las relaciones
humanas: Mc 10, 4245.
La
idea central de la teología de Marcos es la inminencia de la llegada
del reinado de Dios, que Mateos y Camacho entienden en sentido inclusivo
y global como la construcción de una nueva humanidad formada por todos
los pueblos, sin discriminaciones por razones religiosas, sociales,
culturales o étnicas. La nueva religión de Jesús se caracteriza por
la apertura, la igualdad y el universalismo, frente al exclusivismo y el
autoritarismo de la religión oficial.
Ese
evangelio sirvió de base para la redacción de los otros dos sinópticos,
Mateo y Lucas. Estamos ante una de las primeras fuentes escritas del
cristianismo, que los autores de este Comentario
analizan a través de las técnicas lingüísticas y los métodos
exegéticos más modernos. Queda por aparecer el tercer volumen que
completará esta trilogía de alto valor científico.
JUAN JOSE TAMAYO
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