DECLARAMOS, convencidos de que
la mayor parte de nuestros miedos, complejos y desánimos son fantasmas
y que por lo tanto les será retirado el carnet de conducir por los
caminos de las comunidades.
DECLARAMOS, que para los creyentes en
Cristo Resucitado, todos los días son fiesta.
AFIRMAMOS, que quién aporte a las
comunidades más motivos de celebración y de alegría será tenido como
el primero entre nosotros.
ACORDAMOS, que todos los
aguafiestas, todos los pesimistas, todos los torturadores y los
que entierran todo antes de nacer, serán amonestados por las
comunidades.
NOS REAFIRMAMOS, en que se considerará
también denuncia profética señalar con el dedo y muy concretamente
todo atentado contra la alegría y el gozo de vivir.
DETERMINAMOS, que toda
palabra que no sirva para estimular, animar y vivificar, será
considerada como un peligro social.
ACORDAMOS, que sonreír
y reír será muy bien visto en las comunidades.
DENUNCIAMOS, como
subversivas y de gran peligros social las frases o expresiones como
estas: “Todo está en crisis”, “Este mundo no hay quién lo
aguante”, “La vida es un asco”, “Vamos cada vez peor”, “Toda
sociedad es corrupta”.
SE SUBENCIONA A PERPETUIDAD,
cualquier promoción de la solidaridad, de la bondad, de la acogida, de
la comprensión, de la delicadeza, del respeto y del amor.
SE TITULARÁN HIJOS DE DIOS
A TODOS LOS EFECTOS, a quienes quieran correr el riesgo y la
aventura de hacer felices a los otros sin esperar nada a cambio.
Finalmente,
y en atención a las aspiraciones más profundas de la gente y por el
amor entrañable de Dios, nuestro Padre, se DECLARA ESTE MUNDO EN
ESTADO PERMANENTE DE ESPERANZA
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