PUNTOS
BÁSICOS
El Concilio Vaticano II, es un intento de renovación de la iglesia basado
en tres servicios concretos:
- Comunitario
- Evangelizador
- Servicio en el mundo
Con el propósito de llevar a la práctica los postulados del Concilio surgió
un importante movimiento de creación de comunidades de características muy
diversas, asumiendo en distinto grado los retos conciliares.
En este contexto eclesial surgen nuestras comunidades, con unas señas de
identidad propias, que no se adquieren en contraposición a otros modos o
experiencias de Iglesia, sino en una profundización de las coordenadas
esenciales de la iglesia tal y como se desprenden del Nuevo Testamento.
Como puntos de referencia básicos de nuestro movimiento comunitario se
encuentran:
PROYECTO
GLOBAL DE IGLESIA
No se trata
de reformar lo que hay, ni de renovar aspectos parciales, sino de ser una
alternativa de iglesia, dentro de la misma iglesia, en un intento de vivir con más
fidelidad los valores del Evangelio desde una presencia comprometida en el
mundo.
DE BASE
Nuestras comunidades han nacido de la base, del pueblo; no por mandato de
la jerarquía, si bien hemos de reconocer, que han nacido y crecido, al menos
sin una comprensión por parte de ella. Están compuestas por gentes del pueblo
sencillo, con una base igualitaria y aunque hayan personas de clase media baja,
estas se sienten identificadas con los intereses y problemas de las clases
populares.
FRATERNIDAD
Todos somos hermanos en la fe, es decir y formamos una Fraternidad. Como
expresión de esta fraternidad, en ella no hay ni mío ni tuyo, sino Comunión
de Bienes. El amor, el espíritu de servicio, junto con la igualdad, son valores
de la fraternidad. Se hace necesario potenciar la Comunión de Bienes, por la
importancia tan grande que tiene como signo ante la sociedad y la alternativa
que un proyecto así supone para ella.
CELEBRACIÓN
Lo
importante de las celebraciones comunitarias es que sean vivas, que nazcan de
auténticas experiencias de compromiso en el mundo, que es vivido y alimentado
desde el seno de la
comunidad. En ellas celebramos la vida, como don, como regalo de
Dios. Los creyentes, si por exigencias
de su fe se comprometen
en la tarea de renovar el mundo presente haciéndolo más justo y fraterno, no
pueden quedarse solo en el quehacer temporal, también han de reunirse para
celebrar su fe, pues toda celebración de la Eucaristía, es aquí y ahora. Hay
en ella una llamada liberadora a abrir horizontes. Toda Eucaristía es proyecto,
que nos ayuda a recuperar la tensión utópica, es una llamada a nuevos caminos,
para dar más, y creer más en nuestras posibilidades, para revelarnos contra el
conformismo.
EVANGELIZACIÓN
La tarea particular de la Comunidad Cristiana es la
evangelización. La Comunidad, no tiene una finalidad en si misma,
sino que existe para la misión. El amor de Dios va dirigido, ante todo, a la
humanidad entera, quiere que todos los hombres se salven.
Evangelizar es por tanto anunciar la buena noticia de que Dios nos ha liberado
por medio de Jesús de Nazaret.
La evangelización tiene una doble dirección a medida que evangelizamos,
también nosotros somos evangelizados.
CORRESPONSABILIDAD
Si la Iglesia somos todos, entre todos hemos de hacerla, asumiendo de modo
compartido las responsabilidades pastorales que la práctica eclesial lleva
consigo. No se pueden admitir actitudes meramente reivindicativas, sin asumir
las responsabilidades que cada uno como creyente tiene en la construcción de la
Iglesia de Jesús.
COMPROMISO SOCIO - POLÍTICO
El análisis del entorno social pone
de manifiesto la existencia de injusticias, opresiones, hambre, paro que no
pueden concebirse como hechos puramente casuales, sino como hechos
intencionados, basados en la explotación del hombre por el hombre.
El compromiso socio-político de las
miembros de la Comunidad Cristiana, está en función de unos determinados fines
la humanización de la realidad social, la supresión de la alienación del
hombre, la justicia... Cuando está en juego la liberación integral y la
felicidad del hombre y de la sociedad, la comunidad no puede ser neutral.
Necesariamente tiene que tomar partido siempre por los pobres y oprimidos, por
los débiles y marginados, desde instancias políticas y sindicales que apoyen
la causa popular y posean un talante liberador
LUCHA INTRAECLESIAL
El Concilio Vaticano II en la
práctica
no ha conseguido modificar la estructura piramidal de la iglesia. Tales
estructuras no se van a demoler por sí solas, si no es con nuestra lucha
paciente y continuada. Solo de esa forma podremos
conseguir la participación, la democratización y el respeto de los
derechos humanos. Para esto deben utilizarse plataformas como las parroquias,
medios de comunicación eclesiales y sociales, diálogo con la jerarquía, etc.
MOVIMIENTO ESTABLE COORDINADO Y UNITARIO
Para
cumplir sus objetivos, dentro y fuera de la Iglesia, las Comunidades Cristianas
necesitan un cierto nivel de organización, puesto que éstos afectan a
organizaciones estructuradas y complejas. Por todo ello se hace necesario
construir un movimiento estable, coordinado y unitario, frente a lo ocasional,
frente a los intentos aislados de contestación y protesta, o frente al
radicalismo disperso.
Estas características de estabilidad son el cauce más apto para llevar a cabo
este proyecto global de iglesia son las nuevas formas de entender la iglesia
como Comunidad de Comunidades, que expresan, testimonian.,y viven su fe desde la
opción por los oprimidos. Estas características son las que dan cohesión y
eficacia al movimiento, huyendo así de convertirse en grupos más o menos
progresistas a nivel ideológico,
La
praxis comunitaria es permanentemente novedosa, trazamos un camino nuevo y
original, y en este momento encontramos que para vivir en coherencia con los
principios establecidos anteriormente hemos de hacer frente a los desafíos
siguientes
- Ser capaces de pasar de una Iglesia entendida como Sociedad anónima
practicante, a una Iglesia de Comunidades Cristianas reales. La Comunidad
Cristiana la constituye un grupo de discípulos de Jesús que se define por
a) Proyecto de vida en común
b) Proyección hacia fuera para la construcción del Reino.
- Pasar de una Iglesia en la que todos los ministerios los tiene el cura, a una
Comunidad Cristiana con pluralidad de ministerios, repartidos entre todos.
- Pasar de una Comunidad Cristiana entendida como jugar de reproducción del
sistema, a una Comunidad Cristiana conducida por el Espíritu.
- Pasar de una Comunidad Cristiana entendida como lugar de refugio, a una
Comunidad Cristiana entendida como lugar de peligro, y correr con el riesgo de
Jesús.
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